Castilla y León / al pairo 
UNAI HONTIYUELO 
FERNANDO CONDE
Día 03/01/2011 -Entraba en una de esas grandes superficies que, al correr de los años, han ido fagocitando el comercio tradicional con su esquema de compras unificadas. Como tantas otras veces, una muchacha me abordó de improviso para entregarme un folleto.De primeras imaginé la venta de un aspirador mágico —previa demostración domiciliaria irrefutable—, el sorteo de un coche que nunca toca a nadie conocido —mucho menos a ti—, o, quizá, alguna campaña de captación de socios; pero no, me equivocaba. Lo que aquella muchachita de apenas doce o trece años me entregaba era medio folio mal recortado con la cara de un chavalín impresa y, aledaño, un breve texto explicativo. El texto se desgranaba bajo la cornisa del lema «una sonrisa para Unai».Unai Hontiyuelo es un jovencito de apenas ocho años que, como tantos otros a esa edad, soñaba con ser algún día futbolista de postín. De familia humilde, sus aspiraciones pasaban por despuntar de momento como alevín de la U. D. Sur de Valladolid. Sin embargo, muchas veces los sueños no sólo no se cumplen, sino que se desbaratan de la forma más inesperada y horrible. Éste es uno de esos casos. A Unai la mala fortuna le quiso visitar un día cualquiera o, mejor dicho, un mal día cualquiera. El pasado ocho de agosto -octavo mes-, con sólo ocho años, a Unai se le diagnosticó una sepsis meningocócica, una de esas enfermedades gracias a Dios poco frecuentes, pero de mal fario. La bicha se le aposentó en el cuerpo y logró arrebatarle sin ninguna conmiseración las dos piernas. El sueño de Unai se encaminaba hacia la pesadilla. Hospitales, tratamientos y desvelos conjugados para tratar de sustraer a Unai de un final aún mucho menos apetecible. Hoy, Unai se encuentra ingresado en La Paz de Madrid —ni siquiera está fuera de peligro— disputando el partido más decisivo de su corta vida.Una fundación, la Irene Megías contra la meningitis, se desvive por ayudar a este joven vallisoletano y a su familia en tan difícil trance. Una cuenta  sirve para recaudar fondos con los que poder ayudar a una familia que, para más inri, vive afectada por ese mal que aqueja a gran parte del país: el de las vacas muy flacas. Cualquier aportación por mínima que sea será buena. Unai, cuya inocencia está siendo dura e inexplicablemente castigada por la vida, se lo merece. Cierto es que la vida no vale nada, pero también que hay gestos que pueden valer una vida. Por Unai. rtvcyl.es · 12/2010  
FERNANDO CONDE
Día 03/01/2011 -
Entraba en una de esas grandes superficies que, al correr de los años, han ido fagocitando el comercio tradicional con su esquema de compras unificadas. Como tantas otras veces, una muchacha me abordó de improviso para entregarme un folleto.
De primeras imaginé la venta de un aspirador mágico —previa demostración domiciliaria irrefutable—, el sorteo de un coche que nunca toca a nadie conocido —mucho menos a ti—, o, quizá, alguna campaña de captación de socios; pero no, me equivocaba. Lo que aquella muchachita de apenas doce o trece años me entregaba era medio folio mal recortado con la cara de un chavalín impresa y, aledaño, un breve texto explicativo. El texto se desgranaba bajo la cornisa del lema «una sonrisa para Unai».
Unai Hontiyuelo es un jovencito de apenas ocho años que, como tantos otros a esa edad, soñaba con ser algún día futbolista de postín. De familia humilde, sus aspiraciones pasaban por despuntar de momento como alevín de la U. D. Sur de Valladolid. Sin embargo, muchas veces los sueños no sólo no se cumplen, sino que se desbaratan de la forma más inesperada y horrible. Éste es uno de esos casos. 
A Unai la mala fortuna le quiso visitar un día cualquiera o, mejor dicho, un mal día cualquiera. El pasado ocho de agosto -octavo mes-, con sólo ocho años, a Unai se le diagnosticó una sepsis meningocócica, una de esas enfermedades gracias a Dios poco frecuentes, pero de mal fario. La bicha se le aposentó en el cuerpo y logró arrebatarle sin ninguna conmiseración las dos piernas. El sueño de Unai se encaminaba hacia la pesadilla. Hospitales, tratamientos y desvelos conjugados para tratar de sustraer a Unai de un final aún mucho menos apetecible. Hoy, Unai se encuentra ingresado en La Paz de Madrid —ni siquiera está fuera de peligro— disputando el partido más decisivo de su corta vida.
Una fundación, la Irene Megías contra la meningitis, se desvive por ayudar a este joven vallisoletano y a su familia en tan difícil trance. Una cuenta  sirve para recaudar fondos con los que poder ayudar a una familia que, para más inri, vive afectada por ese mal que aqueja a gran parte del país: el de las vacas muy flacas. Cualquier aportación por mínima que sea será buena. Unai, cuya inocencia está siendo dura e inexplicablemente castigada por la vida, se lo merece. Cierto es que la vida no vale nada, pero también que hay gestos que pueden valer una vida. Por Unai. 
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MENINGITIS
Esta Navidad regala una sonrisa a Unai
- Unai Hontiyuelo sufrió una sepsis meningocócica y le amputaron ambas piernas
- Puedes aportar tu donativo para ayudarle en esta cuenta:
Unai Hontiyuelo tiene ocho años y su mayor sueño siempre ha sido ser futbolista. Desgraciadamente, en agosto sufrió una sepsis meningocócica grave a consecuencia de la cual han tenido que amputarle ambas piernas. Ayúdale a recuperar la sonrisa aportando tu donativo en la cuenta bancaria que se ha abierto en su nombre: 
La sepsis meningocócica es una grave enfermedad provocada por una bacteria que envenena la sangre de quien la padece y puede producir delicadas secuelas tanto físicas como neurológicas. Suele ser una enfermedad fulminante, de muy rápida evolución, que afecta en la mayoría de los casos a niños y jóvenes menores de veinticinco años. Unai Hontiyuelo Álvarez, con sólo ocho años, ha tenido la desgracia de enfrentarse a esta enfermedad: el pasado 8 de agosto ingresó en el Hospital Universitario de Valladolid aquejado por una grave sepsis meningocócica.
Desde entonces, está viviendo un duro proceso médico con numerosas intervenciones quirúrgicas. Unai, a pesar de su corta edad, es un luchador que no se da por vencido, pero las secuelas que ya sufre son muy graves: amputación de ambas piernas por debajo de las rodillas y daño renal severo por el que probablemente necesitará un transplante. Por ello, el pasado lunes 29 de noviembre Unai tuvo que ser trasladado al hospital La Paz de Madrid, donde disponen de todos los servicios necesarios para tratar sus numerosas secuelas: Unidad de Nefrología para el cuidado de sus riñones, y Unidades de Quemados, Cirugía Plástica y Cirugía Reconstructiva para las piernas y demás cicatrices del cuerpo. 
Sus padres, Ángel y Beatriz, tienen en todo momento el apoyo de su familia, pero su complicada situación económica está dificultando aún más este duro proceso. Beatriz no trabaja, y Ángel ha tenido que solicitar la baja laboral para ocuparse en todo momento de Unai, por lo que sus ingresos mensuales son extremadamente exiguos. Hacer frente a los gastos del traslado a Madrid para estar cerca de Unai, por un tiempo aún indeterminado, es una carga casi imposible para esta familia vallisoletana.
Es por todo esto que la Fundación Irene Megías contra la Meningitis ha iniciado una campaña de captación de fondos cuyos beneficios irán íntegramente destinados a la familia Hontiyuelo Álvarez. Bajo el lema ‘Un gesto por Unai’ queremos concienciar a todos los ciudadanos de que cualquier aportación, por pequeña que sea, será de gran ayuda para Unai y sus padres. La Fundación ha habilitado una cuenta en La Caixa, con número , para recibir las donaciones. 
Sobre la Fundación
La Fundación Irene Megías contra la Meningitis fue creada en el año 2006 por Jorge Megías y su esposa, Purificación Roca, como consecuencia del fallecimiento de su hija Irene, en agosto de 2005 a la edad de 17 años, por una sepsis meningocócica tan sólo 24 horas después de la aparición de los primeros síntomas.
Los principales objetivos de la Fundación son difundir entre la población el conocimiento sobre las causas, síntomas y tratamiento de la meningitis y la sepsis; prestar apoyo a familiares y afectados; promover conductas para la prevención de estas enfermedades y fomentar la investigación científica en este ámbito.
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